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El Sembrador VOLVER A LA LISTA

06/07/2020

I. SALIÓ EL SEMBRADOR

Ya hemos señalado reiteradamente que, si hubiéramos de elegir una palabra central en la predicación de Jesús, esa palabra sería “Reino». Al anuncio de su proximidad dedicó sus primeros sermones. A explicar cómo será ese Reino se refiere todo el primer bloque de parábolas, que Mateo recoge en el tercer gran discurso de su evangelio y que aparecen también más fragmentariamente en Marcos y Lucas.

Son parábolas típicamente galileas. En ellas se nos describe toda la pequeña vida cotidiana que rodea a Jesús durante sus primeras predicaciones. Vemos a los labriegos que siembran o siegan mientras él predica, descubrimos a los mercaderes que trafican, a las mujeres que preparan el pan, a los criados que van y vienen al servicio de sus amos. Todo es sencillo y luminoso en estas páginas, aunque tampoco falte la sombra negra del enemigo que siembra cizaña. Son parábolas menos dramáticas y emotivas que las del grupo llamado de la misericordia, parábolas más aptas para una predicación que comienza y en las que aún no aparece la sombra lejana de la muerte.

Parábolas optimistas en las que el bien siempre vence al mal y con las que se anima a quienes, sintiéndose pocos y pequeños, no imaginan aún la importancia de lo que están sembrando.

 

 

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